Esta escena tiene una gran importancia ya que es el punto de giro de la historia donde el protagonista iniciará su calvario no solo ante la muerte de su esposa, sino también al desafío que representa ofrecerle un entierro digno en medio de un contexto de gran pobreza material.
Alcides y Giselle se encuentran vistiendo el cuerpo de Georgina, en ese momento él tiene una revelación al darse cuenta de la gran odisea que le espera. La escena está cargada de emotividad, con una luz cenital y un encuadre melancólico, que enaltece el ritual de despedir a alguien después de su muerte.
En Cucunubá nos encontramos con una locación enigmática, llena de texturas y colores, tradiciones con fuertes raíces y la mirada artística del diseño textil. Para filmar este documental aprovechamos esos matices y construimos unas puesta en escena para representar cada paso del viaje de la lana; desde la esquila de la oveja, el hilado, la creación de una prenda de alta costura y finalmente su exhibición en la pasarela.
Este proyecto es muy especial para mí porque senté las bases de una larga relación con el director, logramos destacar muy bien cada elemento con luz natural y mínimas intervenciones. El resultado, un film que cada día me parece más bello.
Ex Patriot fue una coproducción entre dos países: Colombia y Estados Unidos, una película llena de acción y suspenso, para la cual tuve que aprender a filmar con parámetros más internacionales y a desarrollar nuevas habilidades de comunicación que me permitieran transmitir mis ideas al director y a los productores, a pesar de la barrera del idioma.
Para este proyecto me inspiré en las luces reales de la ciudad, las cuales complementé con neones y LEDs de diversas clases; esto me ayudó a crear diferentes atmósferas que comunicaran los niveles de angustia y paranoia que cada escena necesitaba. Una luz roja latente acompaña a la protagonista en todas sus tomas y va incrementando la intensidad a medida que el peligro aumenta. La película contó con una gran producción entre Caracol y Marvista, fue grabada a dos cámaras y representó un gran reto físico para mí, ya que filmé toda la película en muletas.
Por ser una producción internacional tuve que acoplarme a un modelo diferente de filmación con unos ritmos de rodaje mucho más acelerados. Para la grabación utilizamos dos equipos completos Sony F55, un set completo de lentes ultra-prime y los zoom alura, lo cual me permitió obtener todos los planos desde diversos ángulos para poder narrar la historia de acción que el director tenía en su cabeza.
Todo esto me dejaría enseñanzas para futuros proyectos. Abducted representó dos grandes retos para mí, fue mi primera experiencia a dos cámaras y tuve que enfrentar el hecho de comunicarme totalmente en inglés con el director, Connor Allyn. El proyecto fue bastante grande y contó con la participación de un elenco con gran trayectoria nacional e internacional.
Esta película se sale de todos los esquemas convencionales para narrar de manera irreverente, la historia de Carlos, un ventrílocuo sin talento. Estoy muy agradecido de trabajar en un proyecto como este, con un guion tan inteligente y de haber tenido la oportunidad de hacer la co-dirección de fotografía con Guillermo Santos, quien fue mi maestro muchos años atrás.
En este proyecto hicimos varias cosas para entregarle la mayor cantidad de textura posible a la imagen, entre ellas, el uso de lentes viejos; se buscaba lograr una estética más análoga ‘sucia’ pero con equipos digitales, algo que tiempo después se transformaría en una tendencia. Esta película tiene un concepto complejo, que me exigía un mayor nivel de adaptación para entender el lenguaje narrativo que Carlos quería imprimirle a su película.
El contraste de pasar a trabajar en películas independientes a un cine más comercial me permitió ver las cosas desde otros ángulos. Uno de mis mayores desafíos fue otorgarle el factor artístico y narrativo a una historia llena de suspensos y clichés. Esta película me enseñó a adaptarme a nuevos modelos de producción.
En la época que rodamos la película, los ritmos de producción en el país se habían acelerado y nosotros con tan solo 21 días de rodaje, tuvimos que acoplarnos a esta forma de trabajar mucho más rápida. Para este proyecto entregué la cámara a un camarógrafo por primera vez, Carlos Duque; yo tenía mis reservas al respecto, pero resultó ser una sorpresa bastante satisfactoria, ya que aprendí mucho de él. Delegar la cámara sería algo que más adelante me permitiría hacer cine a dos cámaras.
Haber podido trabajar con una directora tan experimentada como Libia, quien además fue mi maestra en la universidad, se presentó como una oportunidad invaluable. Fue una experiencia que nos permitió a ambos encontrar el lenguaje de esta película a pesar de las diferencias generacionales.
Ella, es un film altamente emotivo donde se exponen temas de pobreza, edad y género, fue grabado en Ciudad Bolívar, al extremo sur de Bogotá. El blanco y negro, el contraste, y la calidad de la luz que decidimos para nuestros personajes fueron algunas herramientas que nos permitieron otorgarle dignidad y belleza a la historia; resultados que fueron posibles gracias a Hermes Jurado, un gaffer con décadas de experiencia, y todo el resto del crew que me acompañó durante las siete semanas de grabación.